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Por HÉCTOR AMICHETTI *
Vivimos horas de indignantes despojos a los sectores humildes y trabajadores de nuestra Patria.
Leyes agresivas que pretenden ser justificadas por la legitimidad de un sistema al que llaman «democrático».
Vale la pena entonces rememorar jornadas históricas que han dejado marcas tan imborrables que atizan el fuego de la resistencia.
Entre las fiestas de navidad y año nuevo del ’45, la poderosa e insensible patronal en Argentina estaba más que inquieta, se mostraba abiertamente encolerizada.
Un decreto gubernamental del 20 de diciembre había consagrado el derecho de todos los trabajadores y trabajadoras del país a cobrar un aguinaldo, gozar de vacaciones pagas y obtener una indemnización protectora en caso de despido.
2000 empresarios agrupados en las principales entidades patronales del campo, la industria, el comercio y las finanzas se reunieron en asamblea el 27 de diciembre.
«Las erogaciones que el decreto impone no pueden cumplirse, ni habrán de cumplirse… ¡Nadie en el mundo puede obligar a dar lo que no se puede, y menos lo que no se tiene!».
Esa fue, en síntesis, la expresión unánime de aquella asamblea de viejos y acostumbrados explotadores presidida por Eustaquio Méndez Delfino, por entonces presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Llegó enero y los patrones, desbordantes de soberbia, no pagaron a los trabajadores el aguinaldo y los aumentos.
Horas después del día de Reyes, se extendieron los paros y ocupaciones de las grandes tiendas, los empresarios respondieron con un lockout y los trabajadores paralizaron el transporte, cortaron la energía eléctrica e hicieron sentir la falta de alimentos.
Demostraron que sin trabajadores no hay empresas ni patrones.
Que sin clase trabajadora el país no funciona.
De allí en más, quedaron consagrados para siempre aquellos derechos que la oligarquía de todos los tiempos ha intentado suprimir.
Años después opinaba Juan Perón: «Debo decir que la oligarquía siempre tuvo un defecto más desarrollado que los otros varios que la adornan: su tremenda ceguera. No entendieron en absoluto lo que acababa de ocurrir en el país».
Se refería Perón a la extraordinaria movilización popular del 17 de octubre del ’45 que cambió para siempre el rumbo de la historia argentina.
72 años de vigencia tiene el Peronismo en nuestra Patria.
Desde hace 72 años los trabajadores y trabajadoras de Argentina tienen derecho al aguinaldo, las vacaciones pagas y la indemnización.
La moderna oligarquía hoy en el gobierno, sueña con acabar con los derechos de los trabajadores, así lo exige su mentalidad globalizada y dependiente de Corporaciones transnacionales
Tendrá antes que suprimir al Peronismo.
* Secretario General Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
